Ordenanza Nº 3036 : CALLE ARTURO MARTÍN JAURETCHE - DENOMINACIÓN - EX CALLE 35

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Arturo Martín Jauretche nació el 13 de noviembre de 1901 en la ciudad de Lincoln, Provincia de Buenos Aires.

Escritor, ensayista, militante político, hizo de la polémica un arte y un arma, enfrentando en su compromiso a lo que él llamo "superestructura cultural del neocolonialismo" y sus intelectuales dilectos, la "intelegentzia", aquella corte de pensadores de la que supo rodearse el país colonial para ilustrar su justificación con posiciones que iban desde el conservadurismo mas rancio, hasta algunas pretendidamente "progresistas" o "revolucionarias" (aquellas capaces de meterle miedo a Doña Rosa pero no al diario La Nación que les daba amplia cobertura). Los combatió palabra a palabra, convencido de que cuando las ideologías adornan es el interés el que prima.

Peña Lillo dije de el: "Tenia tantos enemigos como sofismos había derribado", yendo de lo particular a lo general supo como nadie demoler las zonceras de la Argentina del privilegio, para imponer las verdades de la otra Argentina, la de la "barbarie", la de las mayorías silenciosas, la de los cabecitas negras. No reparo en disciplina ni lo amilano la academia: "Humildad, humildad y menos cientificismo" solía decir en su lucha cotidiana por sistematizar los saberes populares negados, para agregar. "No lo digo en elogio del analfabetismo, como apuntara maliciosamente alguno, pero si en demerito de la mala ilustración":

Escribía como vivía y su simpleza para transmitir esos saberes no era el producto de una falsa modestia: era la expresión de una pedagogía que lleva su sello, y que marco a miles y miles de argentinos de a pie. Pese a la censura y el ninguneo, "Los Profetas del Odio" fue leído por changarines, obreros y tantos otros que esperaban alguna palabra de aliento en la oscuridad que había instalado la Revolución Fusiladora. No escribió para círculos de sibaritas o para alimentar inconfesables vanidades; escribió para y desde sus paisanos, expresando el drama de la Nación inconclusa, no por incapacidad congénita de nativo como arriesga la zoncera, sino por decisión férrea del imperio y sus aliados locales.

Hombre de convicciones, fue sucesivamente Yrigoyenista, Forjista, Peronista, en las buenas, pero sobre todo en las malas, porque como él gustaba decir, no era hombre de partido sino de movimiento histórico, movimiento al que defendió desde la función publica y la tribuna periodística, pero también desde el llano, desde el exilio o la cárcel. Su intransigencia no era de forma, como gustan los estetas de la revolución con tiralíneas y compás, sino de fondo. Esa convicción le valió el desprecio de los abstractos de los que están, decía, "con la humanidad por que eso los libra de estar con lo humano", pero también, de los adulones y oportunistas que rapiñaban en el Movimiento Nacional cuando estaba en pleno auge, para conciliar con los fusiladores después del '55.

El Medio Pelo en la Sociedad Argentina, Los Profetas del Odio, Manuel de zonceras Argentinas, La Colonización Pedagógica fueron, entre otras obras, análisis filosos de la realidad argentina y de las pasiones y debates que la atravesaban y aun hoy la atraviesan. Porque no estamos hablando del pasado, estamos hablando del presente; no estamos hablando de extraños, estamos hablando de nosotros, de nuestras convicciones y de las traiciones que obligan a miles de argentinos a "barajar y dar de nuevo", estamos hablando de las disyuntivas que impone la hora actual. Estamos hablando, de Don Arturo Jauretche, nuestro contemporáneo, uno de esos hombres pequeños, como Scalabrini Ortiz, Homero Manzi, Ortiz Pereyra y otros precursores del pensamiento Nacional y Popular, "Hombres pequeños en la multitud, que se fueron haciendo grandes hasta ser la multitud misma".

Convenimos en que esta no es una forma muy ortodoxa de presentar una Cátedra Libre en una casa de altos estudios. Nuestras palabras, seguramente, destilan pasión, y es que estamos atados irremediablemente a ella, y así como la obra de Jauretche es indivisible, porque defendió con el cuero lo que escribió con la pluma, así de indivisible pretendemos que sean nuestras opciones políticas con nuestra practica científica. Por ello, para finalizar, queremos repetir, ya que no por repetida resulta menos vigente, aquella vieja consigna Forjista: "SOMOS UNA ARGENTINA COLONIAL, QUEREMOS SER UNA ARGENTINA LIBRE",

ARTURO MARTIN JAURETCHE falleció el 25 de mayo de 1974 dejando una herencia literaria de permanente nutrición "nacionalizadora" en los sectores medios de los años 60. Algunas de sus obras: "El medio Pelo" (supera las 15 ediciones), "Manual de Zonceras", "Los profetas del Odio", entre otras, estarán siempre vigentes y serán de consulta permanente, porque, como lo expresa Norberto Galasso en la contratapa de su libre "Jauretche - Biografía de un Argentino (1997): ..."su vida, sus ideas, resultan de una gran importancia cuando se trata de analizar la historia argentina de este siglo. Es la historia de un argentino, cuya preocupación permanente fue la muerte de los que él llamaba sus paisanos..."

Considerando :

Por lo expuesto, el Concejo Municipal de Venado Tuerto, reunido en la Sala de Sesiones y en uso de sus facultades y atribuciones, ha sancionado la presente Ordenanza Nº 3036/03, a los veintitrés días del mes de abril del año dos mil tres.-

Artículo Nº 01

Se nomina ARTURO MARTIN JAURETCHE a la calle identificada con el Nº 35 del Plano Oficial de la ciudad, desde Avenida Santa Fe y su proyección hacia el S.O., en toda su extensión.-

Artículo Nº 02

Por Secretaría de Obras Públicas se instalarán los respectivos señaladores de identificación.-

Artículo Nº 03

Comuníquese, publíquese y archívese.-

Promulga a : Decreto Nº 108/03