Aplican protocolo profesional en caso de perro agresivo

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Dispensario Canino

Conforme el protocolo para perros mordedores, el animal que días pasados atacó a un repartidor de soda en Lisandro de la Torre y Agüero, quedó en observación en un canil del Dispensario Canino municipal, tras ser retirado de la vía pública por personal de la Guardia Urbana.
“Sabemos que el animal apareció de repente en una vivienda del complejo habitacional Mateo Fernández, se hizo del territorio y empezó a agredir a los que pasaban. Es un perro muy bonito y de aspecto bien cuidado, un animal joven con conducta agresiva, pero en el primer momento, cuando no te conoce”, explicó la médica veterinaria Inés Carusillo, responsable del Dispensario.
En diálogo con LT29, aclaró que la actitud agresiva del can “no es defensiva”, por el contrario, “avanza sobre las personas y muerde”.
El perro hirió al repartidor en sus manos cuando él se defendió y evitó que lo muerda en el rostro. El episodio duró unos cuantos minutos y el can no podía ser controlado debido a que se encontraba fuera de sí y muy nervioso y agresivo.
Gracias a la vecinal, el animal llegó al Dispensario con bozal y en buenas condiciones. “Seguramente tiene un dueño o lo ha tenido, y no podemos comprender cómo alguien puede dejar abandonado a un animal, más aún si tiene características agresivas. Esto pudo pasarle a un hijo o pariente. Es una irresponsabilidad total, hacia la seguridad del animal y fundamentalmente hacia las personas”, reflejó la profesional.
Más adelante, apeló a la “responsabilidad” de los dueños para una tenencia responsable, y propuso consultar con el veterinario de cabecera sobre un correcto proceder.
“Hay animales que ya de cachorros muestran una tendencia agresiva. Este perro no tiene ninguna característica de los perros considerados potencialmente peligrosos, no se trata de una de esas razas a las que les tenemos miedo. Si cedemos en la conducta del animal hace que el perro vaya avanzando sobre nuestros límites y nuestra jerarquía”, alertó Carusillo, añadiendo que “los animales tienen conductas preestablecidas por su especie e instintivas, y al convivir con ellos los sometemos a pautas de convivencia urbana”.
“Un animal vive en una comunidad y en una organización humana, por lo cual deben erradicarse algunas características naturales del animal; por eso son domésticos, porque pueden incorporar conductas que tenemos que estimular y otras que no deseamos y que deben desaparecer”, agregó.
A la espera de que aparezca el dueño, el perro deberá incorporar modos de socialización, ya que “se merece vivir en un hogar y tener la oportunidad de hacerlo”.

Fuente: LT29
Foto ilustrativa: El perro en un canil del dispensario