Filippetti destacó el trabajo de los equipos sociosanitarios municipales
La secretaria de Desarrollo Social, Alejandra Filippetti, indicó que desde hace poco más de un año fueron detectando cómo se incrementaban algunas demandas en el área de Acción Social, pero la campana de alarma más preocupante fue la detección de 46 casos de niños con bajo peso, sin que lleguen al nivel desnutrición de grado dos, aunque “era un síntoma que hace muchos años que no veíamos, y nos encontramos con las estadísticas de noviembre o diciembre de 2016, sin ningún caso registrado, en tanto que ahora hay 46 casos en los pacientes que se atienden en el Centro Integrador Comunitario (CIC), es decir que estamos hablando de la población infantil de los barrios de la zona sur solamente”, manifestó.
En este contexto aclaró que dentro de los equipos sociosanitarios de los centros comunitarios, en los que trabajan asistentes sociales y psicólogos, también están las nutricionistas que se acercan para atender a las familias.
“También vemos que crece día a día la demanda de los bolsones alimentarios, que si bien siempre se continuaron dando en algunos casos particulares, el viernes pasado, por primera vez en mucho tiempo, hubo en Acción Social una larga cola de personas que venían a pedir alimentos, y entregamos los 350 que teníamos en ese momento”, detalló.
“La mala alimentación, la falta de alimentos, el bajo peso, son síntomas de que las clases más carentes son las primeras que están sufriendo el impacto de políticas económicas que atentan contra la posibilidad de adquirir alimentos básicos, como la leche y la carne. Son las personas que no aparecen en las noticias, ni tienen voz”, precisó.
Los merenderos
Filippetti también admitió que vuelve otro de los fenómenos que imperó en los primeros años del 2000: los merenderos y comedores barriales. “Vemos que están abriendo nuevos espacios y en todos van chicos a comer. También hace unos seis o siete años estas entidades habían desaparecido, porque los chicos comían en sus casas, y hoy inauguran un merendero y enseguida se acercan 20 o 30 niños del barrio”.
“Son situaciones que nos llevan hasta el replanteo presupuestario, porque no hay nada que nos indique que esto va a disminuir, sino que, por el contrario, vemos cómo crece la demanda social”, acotó.
Necesidades básicas
La funcionaria indicó que los venadenses que se acercan a Acción Social no sólo lo hacen en busca de un aporte alimentario, sino que también hay familias que ya no pueden hacer frente al alquiler de una casa y se conforman con que lo ayuden con el alquiler de una pieza. “El alquiler de una pieza en un barrio cuesta unos 3.500 pesos, pero no es un caso, sino decenas. Además, hay quienes nos piden colaboración para pagar sus servicios básicos como la luz y el gas, este es un nuevo escenario al que hoy desde nuestra área estamos haciendo frente”, aseveró Filippetti.
Fuente: El Informe
Foto (Archivo): Alejandra Filippetti